La liga hanseática, un modelo de cooperación europea

La liga hanseática, un modelo de cooperación europea

La Liga Hanseática o Hansa fue el impulsor de la economía del norte de Europa durante la Edad Media. Fue una alianza entre comerciantes que dominó el mar Báltico y el mar del Norte, extendiéndose desde el este de Inglaterra hasta el corazón de Rusia. Su apogeo fue entre los siglos XIV y XVI, cuando casi 200 ciudades se unieron a esta liga.

La Liga Hanse garantizaba la seguridad a sus miembros, estableció pesos y medidas uniformes, consiguió privilegios comerciales, exenciones de impuestos y una amplia red de contactos. La Liga estaba gobernada democráticamente por el Hansetag, formada por delegados de las ciudades miembros, pero no logró crear un gobierno centralizado, lo que parece que contribuyó con el paso del tiempo a su desaparición. Tampoco ha llegado hasta nosotros ni los tratados de adhesión ni los estatutos, por lo que es difícil saber con exactitud qué ciudades pertenecieron realmente a la Liga.

Fundada en 1143, la ciudad de Lübeck en el curso del río Trave fue la primera ciudad hanseática y fue reconocida como la «Madre de la Liga Hanseática» o la capital de la Liga Hanseática. De hecho, esta ciudad fue considerada la más poderosa de todas las hanseáticas. Prueba de ello son las fortificaciones que aún hoy se pueden admirar, incluida la Puerta de Holsten, sobre la que se alzan treinta cañones. En la puerta principal puede verse una inscripción de 1871, «Concordia domi foris pas» (Unidad adentro, paz afuera) que es una forma abreviada de la inscripción original que ya no se conserva: Concordia domi et foris pax sane res est omnium pulcherrima («La unidad interior y la paz exterior son lo mejor para todos»).

Lübeck fue la que más veces ocupó el puesto de ciudad cabecera de la Liga. Entre 1356 y 1669 fue sede de más de 100 reuniones de la Hansetag, la asamblea que reunía a representantes hanseáticos para trazar estrategias y promover sus intereses. Tenía una prestigiosa condición de ciudad imperial. En 1375 el emperador la nombró una de las “cinco glorias” del Sacro Imperio Romano Germánico, distinción compartida con Venecia, Roma, Pisa y Florencia. La “Reina de la Hansa” estaba en el corazón de una red que se extendía a través del mar, al norte; y hacia el interior, en el sur. Gran parte de las mercancías pasaban por su ámbito urbano.

La Liga Hanseática poseía casas de representación en todos los puertos comerciales europeos e, incluso, contaba con barrios propios en cada una de ellas. Eran los denominados ‘kontors’, puestos comerciales en el extranjero que servían para cobijar a los comerciantes alojados en los principales países del norte de Europa especialmente en Londres, Brujas, Bergen y Novgorod, donde contaban, además, con importantes privilegios y derechos comerciales.

El poder de Lübeck llegó a ser tal que le permitió practicar bloqueos comerciales. Los utilizaba para obtener mayores derechos o la ratificación de los ya existentes, aunque a veces no surtieron el efecto esperado si algún miembro de la Liga no lo respetaba. La respuesta era la fulminante expulsión de la ciudad en discordia. Fue el caso de Colonia, expulsada en 1392 al no aceptar los bloqueos establecidos en aquellos años sobre los reinos escandinavos que tuvieron que aceptar la supremacía hanseática. El mar Báltico se convirtió en una zona cerrada y exclusiva para el comercio de la Liga, eliminando cualquier tipo de competencia.

 

  • Hamburgo y Bremen

Además de Lübeck, Hamburgo y Bremen también tienen el sello de «Ciudad Libre y Hanseática».

Hasta el día de hoy, el estatus político especial que ostentan estas dos ciudades-estado alemanas y ciudades hanseáticas es el resultado de su influencia en la Baja Edad Media.

 

  • El declive de la Liga Hanseática

Después de 1500, una nueva generación de comerciantes se hizo cargo de las casas comerciales, pero La Liga sobrevivió como comunidad. Sin embargo, los comerciantes jóvenes, dispuestos a correr riesgos, abrieron nuevos mercados y descubrieron nuevos productos como el azúcar y las maderas exóticas. La generación anterior permaneció estancada en el comercio de las mercancías tradicionales, la mayoría de las cuales ya no eran rentables.

Los intereses divergentes de los comerciantes iniciaron así el germen de la decadencia de la Liga Hanseática. Sin embargo, al igual que el ascenso, este proceso se desarrolló durante siglos. Desafortunadamente no existe ningún documento que atestigüe el final de la Liga Hanseática. Partes de la alianza permanecieron vivas incluso después de los últimos Días Hanseáticos en 1669, cuando tan solo se reunieron los delegados de seis ciudades. Las ciudades de Bremen, Hamburgo y Lübeck como legación hanseática se disolvieron en Berlín, el 30 de junio de 1920.

Sin embargo, las huellas de ese pasado aún no han desaparecido. Aún quedan la Puerta de Holsten en Lübeck, el Speicherstadt en Hamburgo o las fachadas del casco antiguo en la plaza del mercado de Bremen.

 

Un recorrido por las ciudades en las que el pasado puede sentirse aun claramente, siempre merece la pena una visita en cualquier época del año.

 

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